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PRIMERA PARTE | SEGUNDA PARTE
Hoy quiero iniciar este compartir expresando el aprecio y respeto que siento por toda mi gente, y aprovecho para enviarles un saludo a todos, en especial a los salseros y salseras del mundo.
Quiero que sepan que esas muestras de afecto que me han dado a lo largo de mi carrera, han llegado a mi como un maná, algunas veces en momentos difíciles, otros en momentos de duda pero afortunadamente, también en momentos de grandes satisfacciones, por todo eso quiero que sepan que siempre tendrán en mi a un amigo incondicional, con mi cariño, mi respeto y mi humildad por delante.
Bueno, ahora si, ya entrando en tertulia, hoy voy a seguir con el hilo de los 70s haciendo un breve repaso de mi anterior historia vivida con "Los Excitantes" del buen amigo, Alexis Monterola.
Fue en una de esas noches caraqueñas cuando llegué hasta el local de moda para la época, era donde se escuchaba la salsa en vivo, ese local no era otro que "La Distinción".
Fue en una de esas noches caraqueñas cuando llegué hasta el local de moda para la época, era donde se escuchaba la salsa en vivo, ese local no era otro que "La Distinción".
Fue "La Distinción" el salón donde se desarrollaron profesionalmente diferentes bandas de nuestro patio, entre los que podemos mencionar "Los Satélites"y posteriormente "La Dimensión Latina".
Aún no se había despedido el año 1970 cuando allí, justo en ese local, tuve la oportunidad de conocer a Cheche Mendoza y a William Méndez quienes eran los líderes de "La Distinción", ellos habían llegado del Zulia, exactamente de Cabimas buscaban hacerse de un espacio en la salsa de Caracas, esto sin pensar ni remotamente que serían la primera banda salsera criolla en traspasar las fronteras de nuestro país y ser la primera en cruzar el Mar Caribe hasta llegar a Santo Domingo, esto último ya para en 1971.
Cuando nos conocimos, yo ya venía dando mis primeros pasos fuera del circuito musical de la Plaza Venezuela, "La Capital" y "La Cueva del Oso" ya estaban quedando en el pasado y mi pasos ya se enfilaban hacia El Rosal, que era donde se destacaba esta discoteca salsera, el cantante de la banda era Mauricio Conde, un joven maracucho con una calidad vocal excelente, esa conque siempre se caracterizan los cantantes zulianos.
Mauricio Conde había arribado a Caracas con la banda y al poco tiempo ya estaba grabando un album con "Discomoda", de donde salió el primer hit de la salsa venezolana de máximo nivel, fue un éxito en toda la zona del caribe, principalmente en Santo Domingo.
Hay que recordar que en aquella época no existían las redes sociales, y lo que sucedía en Guarenas era un misterio para los que vivíamos en Caracas, por lo que muchos menos nos podíamos enterar al momento de lo que sucedía en la tierra del merengue. Total que Mauricio quería regresar a su tierra del sol amada para proseguir con sus estudios, por lo que la banda estaba buscando un cantante que supliera esa vacante.
Esa vacante me fue ofrecida por Cheche y sin pensarlo dos veces acepté. En un principio Mauricio y yo hicimos el trabajo en llave hasta que le llegó el momento de su viaje, todo esto transcurrió entre los años 1970 y 1971.
Ya en 1971, estando en pleno proceso de grabación de mi primer trabajo con "Los Satélites" en los estudios de Discomoda, se presenta un señor argentino informándonos su deseo de contratar la banda para una gira por varias ciudades de República Dominicana, lógicamente, Cheche aceptó la invitación rápidamente ya que estaba de por medio el sello discográfico y fue así como llegamos a la bella isla.
Como una anécdota jocosa les comento que Chuíto Narvaez le tenía mucho pánico a los aviones y también era la primera vez que todos los presentes nos montábamos en uno de esos aparatos, pues para aquellos años montarse en uno de ellos era todo un lujo. Hoy me río recordando la cara pálida de Chuíto en el preciso momento en que el avión giraba para buscar la pista y justo en ese momento, las turbinas comenzaban a disminuir potencia para iniciar el aterrizaje y se me ocurre verlo con cara de asustado y le digo con un susurro muy cercano "Chuíto, creo que se apago uno de los motores" ¡muchacho! ese tipo se puso blanco como una tiza y acto seguido le clavó las uñas a los posa brazos de los asientos y aquellos ojos puyuos, como buscando salirse de órbita. No recuerdo quien era el pana de la banda que estaba a mi lado en ese momento observado todo aquel escenario de terror pero a ambos nos fue imposible aguantar la carcajada, el pobre Chuíto descubrió en ese momento para su tranquilidad, que todo mi acto había sido un montaje.
Que Dios te bendiga donde quiera que estés en tu viaje a la eternidad, mi buen amigo Jesús "Chuíto"Narvaez, fuiste una gloria como pianista y como persona.
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Mauricio Conde había arribado a Caracas con la banda y al poco tiempo ya estaba grabando un album con "Discomoda", de donde salió el primer hit de la salsa venezolana de máximo nivel, fue un éxito en toda la zona del caribe, principalmente en Santo Domingo.
Hay que recordar que en aquella época no existían las redes sociales, y lo que sucedía en Guarenas era un misterio para los que vivíamos en Caracas, por lo que muchos menos nos podíamos enterar al momento de lo que sucedía en la tierra del merengue. Total que Mauricio quería regresar a su tierra del sol amada para proseguir con sus estudios, por lo que la banda estaba buscando un cantante que supliera esa vacante.
Esa vacante me fue ofrecida por Cheche y sin pensarlo dos veces acepté. En un principio Mauricio y yo hicimos el trabajo en llave hasta que le llegó el momento de su viaje, todo esto transcurrió entre los años 1970 y 1971.
Ya en 1971, estando en pleno proceso de grabación de mi primer trabajo con "Los Satélites" en los estudios de Discomoda, se presenta un señor argentino informándonos su deseo de contratar la banda para una gira por varias ciudades de República Dominicana, lógicamente, Cheche aceptó la invitación rápidamente ya que estaba de por medio el sello discográfico y fue así como llegamos a la bella isla.
Como una anécdota jocosa les comento que Chuíto Narvaez le tenía mucho pánico a los aviones y también era la primera vez que todos los presentes nos montábamos en uno de esos aparatos, pues para aquellos años montarse en uno de ellos era todo un lujo. Hoy me río recordando la cara pálida de Chuíto en el preciso momento en que el avión giraba para buscar la pista y justo en ese momento, las turbinas comenzaban a disminuir potencia para iniciar el aterrizaje y se me ocurre verlo con cara de asustado y le digo con un susurro muy cercano "Chuíto, creo que se apago uno de los motores" ¡muchacho! ese tipo se puso blanco como una tiza y acto seguido le clavó las uñas a los posa brazos de los asientos y aquellos ojos puyuos, como buscando salirse de órbita. No recuerdo quien era el pana de la banda que estaba a mi lado en ese momento observado todo aquel escenario de terror pero a ambos nos fue imposible aguantar la carcajada, el pobre Chuíto descubrió en ese momento para su tranquilidad, que todo mi acto había sido un montaje.
Que Dios te bendiga donde quiera que estés en tu viaje a la eternidad, mi buen amigo Jesús "Chuíto"Narvaez, fuiste una gloria como pianista y como persona.
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