MI PRIMER CONTACTO CON LA FAMA
Recordar mi primer viaje a la siempre gentil República Dominicana como parte del staff de la orquesta Los Satélites es recordar mi primer contacto con la fama.
Fama es para mí una palabra que encierra tanto en su interior como en su significado, es la unidad de medida más acertada que a mi parecer he encontrado para definir la calidad humana de una persona y la calidad humana en su rol como personaje artístico, nosotros la conocimos en su máxima expresión.
Recuerdo
en mi caso particular tener que transitar a pie por algún lugar público y ser
acosado inevitablemente por cientos de muchachas, emprender la huida velozmente
era lo único que podía hacer para ponerme a buen resguardo, pues las muestras
de afectos y cariños eran tan masivas que muchas veces se tornaban muy
acaloradas, y no se rían que no resulta fácil estar en esa situación,
jajaja, bueno, mejor nos reímos ahora, pero así fue mi experiencia con la fama
la primera vez. Gracias a Dios y a mis principios de familia, supe comprender
el significado de la palabra fama desde mis inicios y eso me ayudó a imponer mi
calidad humana como persona por sobre el ego que engrandece falsamente
al personaje artístico.
Ya
de regreso a Venezuela nos metimos en el estudio y de allí salió el tema “TRAICIONERA”
(este tema lo pueden disfrutar en mi PLAYLIST con un clic aquí) ese fue el tema
que nos llevó a Nueva York dos años después, no sin antes haber realizado un
segundo viaje a República Dominicana ya con este tema sonando durísimo en la
bella isla y durante el cual inauguramos el anfiteatro Agua y Luz, lugar donde
se filmaría años después la segunda película de El Padrino. Esa noche me di
cuenta de la bravura de los músicos dominicanos que le entraban a la salsa,
escuchando una banda llamada El Complot de Mike Peguero donde estaban Mendirve
en la tumbadora, Chulungo en el timbal, Cuso Cuevas en el bajo, Sonny Ovalles
en el piano, creo que Pruddy en la primera trompeta, en fin un bandon
caballero, hasta ese momento creía equivocadamente como todavía piensan muchísimos
en este mundo, que República Dominicana era únicamente un país merenguero y que
va, ya estaban más adelantados que nosotros a nivel de salsa, es más, la película
de la Fania la vi allá en Quisqueya y cuando vi al negrito Azabache y a Henry bailando
salsa me quede loco, entendiendo en esos días que República Dominicana era
merengue pero también mucha salsa brava, caballero.
Regresando
de ese exitoso viaje en el cual realizamos conciertos en las ciudades más
importantes y con llenos total en cada presentación nos encontramos con la
desagradable sorpresa de que los billetes no aparecieron y mi jefe se tragó el
cuento de que los empresarios no tenían dinero pero que se lo mandarían
luego para solventar la deuda contraída, yo nunca supe más nada de ese dinero
pero me sirvió como un motivo muy razonable para retirarme de la banda porque
se supone que la responsabilidad es de quienes contratan pero sobre todo del
contratado y en vista de que nadie respondió, entonces preferí darle un punto
final a ese texto de mi vida y decidí realizar nuevos emprendimientos.
Al
regresar a Venezuela continúe mi estudios en una de las principales
universidades musicales de nuestro país, me refiero a la orquesta del gran maestro Porfirio Jiménez,
mejor conocido como PORFI JIMÉMEZ, con él tuve el honor de compartir personal y
profesionalmente, así como con el gran Chico Salas y con los mejores músicos
que existían en nuestra tierra en esos años, tales como: Rafael Velázquez, Luis
Arias, Lewis, Rodrigo Barboza, Pucho Escalante, Barragan, Rolando Briceño, Cruz
Perez, Rafael Prado, Nene y Alfredo Padilla y el maestro César Suárez en el piano.
Con mí humilde conocimiento les digo, la numero uno de las bandas de nuestro país, y lo digo más por su calidad musical que por su popularidad. Mi agradecimiento eterno para todos esos maestros musicales y para su director, que Dios lo tenga en la gloria, al igual que al gran Rafael Velásquez el Gallo, a Luis Arias el Bui, al negro Lewis, y a mi hermanito Alfredo Padilla...honor a sus memorias y gracias por sus clases y sus consejos en lo personal y en lo musical los cuales supe aprovechar al máximo para mi crecimiento.
Con mí humilde conocimiento les digo, la numero uno de las bandas de nuestro país, y lo digo más por su calidad musical que por su popularidad. Mi agradecimiento eterno para todos esos maestros musicales y para su director, que Dios lo tenga en la gloria, al igual que al gran Rafael Velásquez el Gallo, a Luis Arias el Bui, al negro Lewis, y a mi hermanito Alfredo Padilla...honor a sus memorias y gracias por sus clases y sus consejos en lo personal y en lo musical los cuales supe aprovechar al máximo para mi crecimiento.
Inolvidables esos carnavales de
Barranquilla y esos Sábados Sensacionales de Venevisión con otro gigante pero
de la animación, Amador Bendayan, donde alternamos con artistas de
la talla de Pérez Prado y Nelson Ned, sinceramente una de las épocas más
importantes de mi carrera musical.
Así
es que amigos mios, ese fue mi primer contacto con la fama la cual guardo con
mucha humildad dentro de mi corazón. Por ahora me despido, y como siempre,
Seguimos
en salsa… y palante!